El día que un avión se esfumó sin dejar rastro: la desaparición del vuelo 370 de Malaysia Airlines

Parece mentira que a día de hoy, una sofisticada aeronave con tecnología puntera en comunicación pueda desaparecer en mitad de vuelo sin dejar pista alguna, perdiéndose en algún punto del globo terráqueo sin llegar a ser encontrada nunca jamás.

Quizás todavía recuerdes algo del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, aquel que en 2014 se esfumó de todos los radares al poco de comenzar su travesía. Pese a que podemos dar por hecho que el avión acabó estrellándose, no sabemos la razón por la cual acabó haciéndolo a unos 7.000 kilómetros de su destino.

En la actualidad, la investigación se encuentra cerrada. No sabemos el punto exacto en el que su vuelo terminó, así que no se encontró ninguno de los 239 pasajeros ni ninguna de las cajas negras. Y tampoco tenemos muy claro qué es lo que pasó en la cabina de aquel avión para que este acabara volando en dirección contraria durante horas y se estrellara contra el Océano Índico.

Se trata de uno de los mayores misterios de la aviación civil de la historia. En la entrada de hoy haré un resumen de lo que sabemos que pasó y de aquello que pensamos que pudo suceder.

El despegue y la desaparición

El vuelo 370 de la aerolínea Malaysia Airlines despegó de Kuala Lumpur, Malasia, el 8 de marzo de 2014, a las 00:42, con destino a Pekín, China.

11 minutos después de despegar, el avión contactó con los controladores aéreos de Kuala Lumpur sin comunicar incidente alguno. A la 01:08, 5 minutos después del despegue, el avión comenzaba a aproximarse a la jurisdicción área de Vietnam.

A la 01:19, la torre de control de Kuala Lumpur pidió al avión que pasara a comunicarse con los controladores vietnamitas de Ho Chi Mihn, y se despidió entonces del capitán. El capitán de la aeronave respondió a la petición despidiéndose él también: «Buenas noches. Malaysian tres-siete-cero». Hasta aquí todo parecía normal.

Segundos después de que el avión se adentrara en la jurisdicción área de Vietnam, el avión desapareció de los radares de Kuala Lumpur. No le dieron importancia, ya que daban por hecho que el avión figuraría ahora en las pantallas de Vietnam. Sin embargo, en la torre vietnamita de Ho Chi Minh el vuelo también se había esfumado de sus radares; de hecho, nunca había llegado a contactar con ella.

Los controladores de Vietnam contactaron con Kuala Lumpur 18 minutos después de la desaparición para alertar de la situación. Sin embargo, el avión fue oficialmente declarado como desaparecido cinco horas más tarde, más tarde aún de su supuesta llegada a Pekín.

Ningún pasajero alertó de nada en ningún momento. No se registraron mensajes ni llamadas de ningún tipo durante las horas que siguieron a la desaparición.

La búsqueda

Después de la declaración de desaparición, se puso en marcha una búsqueda que en un principio se centró en el Mar del Sur de China, donde se había tenido contacto por última vez con el avión. En esta participaron 34 barcos y 28 aviones de 7 países distintos.

La pérdida del avión en los radares de control aéreo implica que el sistema de comunicación de transpondedores del avión falló. Este se encargaba de comunicarse con antenas y estaciones de tierra para que su posición fuese conocida.

Sin embargo, el radar militar de largo alcance de La Fuerza Aérea de Malasia sí que pudo seguir el rastro del avión después del fallo del sistema de transpondedores. Unos días después de iniciar la búsqueda en la zona inicial y gracias a los registros del radar militar, se pudo saber que justo después de perder el avión, este giró bruscamente hacia el suroeste y después hacia el noroeste. Se adentró así en el Mar de Andamán, donde de nuevo se pierde todo rastro del avión.

El avión contaba además con otro sistema de comunicación basado en satélites, el ACARS. Aunque la comunicación satelital se había interrumpido cuando los traspondedores fallaron, de alguna forma esta se restableció poco después de que el avión se perdiese sobre el Mar de Andamán.

Gracias a esta conexión satelital, se supo que el avión volvió a girar para dirigirse hacia el Océano Índico, y permaneció volando en esta dirección durante 5 horas más.

Aunque las comunicaciones con el satélite no aportaban mucha más información, los investigadores pudieron calcular la distancia que existía entre el avión y el satélite gracias al tiempo que las comunicaciones tardaban en ser recibidas. Además, tuvieron en cuenta otros datos como la velocidad que el avión pudo alcanzar y el combustible del que disponía para trazar un arco en el que la aeronave debía encontrarse.

Los primeros hallazgos

Fue en esa zona donde centraron los esfuerzos para encontrar algún indicio de la aeronave.

En julio de 2015, 16 meses después, llegarían los primeros hallazgos del avión. En una isla del este de Madagascar apareció un fragmento metálico, presumiblemente de un avión. Se trataba de un flaperon, una parte del ala de la nave cuyo número de serie coincidía con el del vuelo 370.

Réunion Debris Is Almost Surely From Flight 370, Officials Say - The New  York Times

En los siguientes meses se encontraron otras muchas partes del avión, un total de 27, desperdigadas por las costas africanas de Mozambique y Madagascar. Uno de los fragmento incluso llegó hasta una isla del sur de Australia.

La aparición de pequeñas partes del avión sugiere que el vuelo tuvo un violento final, con la aeronave estrellándose contra las aguas del Océano Índico y desintegrándose en miles y miles de fragmentos.

La investigación siguió activa hasta unos años después. En 2018, de hecho, una empresa llamada Ocean Infinity, especializada en escanear el fondo marino, acordó con el gobierno malayo retomar la búsqueda. Tras unos meses monitorizando la zona en la que se suponía que el avión se estrelló, la búsqueda se abandonó sin resultado alguno.

No fue posible encontrar otros restos del avión, las cajas negras o los cuerpos de los pasajeros. En total, la búsqueda supuso 160 millones de dólares, lo que la convierte en una de las más caras (y la más infructífera) de la historia de la aviación moderna.

Las hipótesis

Aunque no queda del todo claro qué es lo que sucedió, los investigadores están de acuerdo en que la desaparición del avión fue intencional. No se detectaron problemas antes del despegue, y las condiciones climáticas eran favorables.

El repentino cese del funcionamiento del sistema de comunicación de transpondedores y el brusco cambio de dirección del avión no puede significar otra cosa; las comunicaciones y el piloto automático fueron desactivados intencionalmente de manera manual.

Así, se evaluaron 3 posibilidades distintas. La primera y más lógica, era la de un acto terrorista.

Cuando el avión desapareció, los pasajeros pasaron a ser investigados uno a uno. Se centraron en dos pasajeros iraníes, uno de 19 y otro de 29 años, los cuales habían accedido al avión con pasaportes robados. Una investigación posterior llevada a cabo por la INTERPOL concluyó que ambos jóvenes eran amigos y estaban buscando una manera de llegar a Europa para obtener asilo.

Tras investigar al resto de pasajeros sin encontrar nada interesante, comenzaron a hacer lo propio con el piloto y el copiloto del avión, pensando que quizás alguno habría secuestrado la aeronave.

El copiloto Fariq era un joven optimista que estaba planeando casarse con su pareja. No tenía antecedentes sospechosos, así que fue rápidamente descartado.

El piloto Zaharie, de 53 años, era un consumado capitán, uno de los más antiguos de la aerolínea. En su casa se encontró un simulador de vuelo, que tras analizarse mostró un registro de un vuelo similar al 370. Sin embargo, se descartó su relevancia ya que en el simulador también había otros muchos registros de vuelos distintos.

A pesar de ello, al centrar la búsqueda en el capitán se gestó una tercera posibilidad, la de un suicidio.

Según fuentes cercanas, Zaharie era una persona solitaria y triste. Recientemente se había separado de su mujer y había iniciado una relación con una mujer casada. Quizás, pensaron los investigadores, el piloto había estado sufriendo depresión, lo que le habría llevado a cometer un suicidio que arrastró a todos los demás pasajeros.

El hecho de que ninguna de las personas que viajara en el avión intentase dar la voz de alarma y contactar con el exterior sugiere que todas ellas murieron poco después de despegar, cuando el capitán pudo haber despresurizado el avión. Los ocupantes habrían quedado incapacitados en cuestión de minutos, perdiendo la consciencia y muriendo tranquilamente mientras agotaban el oxígeno.

Conclusión

Después de 6 años, el avión (o lo que quede de él) sigue sin aparecer, y la verdad sigue sin saberse. Y no parece que esto vaya a cambiar.

Teniendo en cuenta que lo más probable es que se tratara de un accidente intencional, aún si lograsen encontrar las cajas negras, estas no aportarían mucha más información. Una de las cajas negras se encarga de registrar todo lo que se dice y suena en la cabina. Es de esperar que no recogiese mucho más que las conversaciones iniciales entre los pilotos y control áereo y las alarmas del final del vuelo. La otra caja registra todo lo relacionado con el funcionamiento del avión durante el vuelo. Ya que no se produjo ningún fallo técnico y que las acciones que se cometieron fueron intencionadas, tampoco esta caja nos diría mucho.

Sea como sea, es evidente que todos los pasajeros acabaron muriendo cuando el avión se precipitó sobre las aguas del Océano Índico, y ya no hay nada que se pueda hacer. De hecho, ni siquiera existió posibilidad alguna de salvarles la vida; para cuando se dio la voz de alarma oficial, probablemente el avión estaría ya en caída libre.

Lo que los afectados y los investigadores denuncian es la irresponsabilidad de todos aquellos implicados en la monitorización del vuelo y búsqueda del avión.

El hecho de que el avión fuese declarado como desaparecido más de 5 horas después de perder su rastro en los radares (cuando probablemente para entonces sus fragmentos ya descansaban tranquilamente sobre el océano) es solo un ejemplo de los muchos más que ponen de manifiesto la inacción e incompetencia de los responsables malayos. El silencio que las autoridades guardaron cuando debían dar la cara y la falta de información que todavía hoy es evidente, demuestran que el enfoque de la investigación en realidad tendría que haberse dirigido hacia otro punto, tal y como reza un artículo de The Atlantic:

Las respuestas importantes probablemente no se encuentran en el océano sino en tierra, en Malasia. Ese debería ser el enfoque para avanzar. La policía de Malasia sabe más de lo que se ha atrevido a decir. Eso es lo frustrante. Las respuestas bien pueden estar al alcance de la mano, pero son más difíciles de recuperar que cualquier caja negra.

Imágenes e información obtenidos de What Really Happened to Malaysia’s Missing Airplane y La desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines.

Javier Vilela Martín

Soy un estudiante de Medicina interesado en ciencia, tecnología y ficción. En este blog escribo sobre temas como esos y sobre cualquier otra cosa que me llame la atención.

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